Paraíso
Soñamos con un paraíso y dedicamos nuestros días y noches a ese sueño, que albergamos en nuestro corazón. Pero con el tiempo, la monotonía se convierte en rutina y la rutina en prisión, una prisión que nos aleja de la alegría con la que solíamos soñar.
Sin embargo, la vida nos lleva por caminos desconocidos, muchas veces aterradores, días oscuros. Y cuando estos transitan, llegan amaneceres hermosos que restauran el sentido a todo lo que olvidamos cuando estuvimos perdidos.
Permitiéndonos entonces, volver al paraíso.
Arena, óleo y acrílico sobre tela
75 x 60 cm
2008